12 EL FUEGO DE ZOROASTRO

En los hostales de Backpackers (mochileros), encuentras siempre una variada fauna de viajeros y aventureros de todo el planeta con quien charlar un rato y a menudo intercambiar información vital. El Silk Road Hotel no es una excepción, de forma que he encontrado desde un par de japoneses, pasando por varios franceses y hasta una pareja de Madrid con quien he compartido el rápido desayuno antes de seguir ruta.

La fachada del Hostel.

Tiene un ambientillo notable.


Está muy cerca de la Juma Mosque.





Las famosas alfombras persas, las mejores del mundo, en el centro se sienta el Mullah que lee el Corán.


Así hacen los arabescos complicadísimos, es parecido al "trencadís" de Gaudí.




Sigo dando vueltas por Yazd.


Bajo la Torre del Reloj un motorista discute con el policía que le quiere empurar...




En este sitio hace tanto calor que ya hace milenios que inventaron el aire acondicionado. Estas especiales chimeneas son en realidad para la evacuación del aire caliente que se marcha por ahí debido a la diferencia de presiones que se crea, a la que ayudan con diferentes aberturas abajo que crean corrientes de aire.


En la misma plaza central del mercado está la estatua de los aguadores, así como un museo del agua (aqui es la vida o la muerte...) .


Aquí estamos, en el Amir Chardal, la puerta del Bazaar.


Es una costumbre super extendida en estos países que los hombres vayan juntos de la mano por la calle. De hecho a mi ya me la han cogido un par de veces, jajaja.


Paso por el Templo del Fuego, Mazdayazna. Es uno de los principales templos del Zoroastrismo, una religión muy antigua persa. Lástima que el estanque estaba sin agua porque la foto sería mucho mejor...


En el frontis se aprecia el símbolo alado de Ahura Mazda que tanto encontré hace 6 años en Persépolis.


Este es el famoso fuego tras una vitrina que dicen lleva ardiendo ininterrumpidamente más de 1500 años...

Hay una especie de museo sobre el Zoroastrismo muy Kitch, jajaja.


A la salida, entablo amistad con una família iraní como me suele ocurrir en este país de gente tan amable pero tan desconocida para los occidentales como nosotros que tenemos de entrada tantos prejuicios...

Ya en la carretera veo que les gusta hacer este tipo de puertas tan vistosas... 

La temperatura está ya sobre los 46 grados y en el desierto se forman pequeños tornados que a menudo atraviesan la carretera ante ti y dan un cierto respeto.



Llego a Kermán e intento descansar un rato en un parterre de cesped igual que hacen otros y hacer una pequeña siesta. Es inútil, enseguida una pareja me invita a tomar un chai (yo, ellos no porqué hasta la noche no pueden...). Podéis imaginar lo que apetece ponerte algo ardiendo en los labios cuando están cayendo 46 grados...


Ya a las afueras de Kermán, en Mahan se encuentran los jardines de Shazdeh, 4,5 hectáreas de una especie de oasis de árboles y saltos de agua.



He encontrado incluso unos chiringuitos preparados para pasar la tarde cómodamente que tenían hasta enchufe para aparatos electrónicos. He aprovechado gustoso la circunstancia para hacer por fin la siesta que antes me habían impedido.


Y como no, foto a la salida con más lugareños. Obsérvese que alguno ya empieza a vestir raro, y eso es algo que durante el día he ido observando cada vez más.


Al llegar a Bam veo a un chico que lava motos y enseguida lo convenzo para que adecente la megavaca que se lo ha ganado. Como no quiere cobrarme lo invito a tomar algo pero él se lo tiene que guardar hasta la noche por el Ramadán...


Casi oscureciendo llego a la famosa ciudadela de Bam que era hace años uno de los destinos turísticos más famosos de Irán, pero un feroz terremoto se la llevó por delante y hasta dentro de muchos años no estará restaurada.

Por su grandiosidad tiene un cierto parecido con la ciudadela de Ait Benhaddou, en Marruecos (la que encuentras cuando sales de Marraqueix y en vez de coger entero el puerto de Tiz in Tichka tiras hacia el Palacio de Telouet y luego sigues hacia Ouarzazate), aunque las murallas y los torreones de Bam me parecen mejor trabajados.

Voy tirando hacia Zahedán. Alguno cree que esto es el culo del mundo pero en cualquier parte aparece una especie de Torre Agbar de Barcelona...

Pero la verdad es que como os decía antes ya llevo todo el día observando una cierta diferencia de esta parte de Irán tan cercana a Pakistán con la que yo mejor conozco del norte y centro. La gente va vestida rara y la verdad es que no me siento tan cómodo. Busco sin resultado una plaza donde la gente acampe cerca de una mezquita para plantar la tienda y al final no me queda más remedio, ya a la una de la madrugada, que cogerme una habitación en un motel, que consigo a mejor precio pactando que a las 7 de la mañana ya estaré fuera...

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